sábado, 19 de junio de 2010

LA CLASE OBRERA NICARAGUENSE NADA TIENE QUE VER EN LOS PLEITOS INTERBURGUESES.

Los conflictos interburgueses en Nicaragua están calientes, por una parte el frente sandinista de liberación nacional con su apetito de poder pretende tomar el control de todas las instituciones del estado: la Asamblea nacional, la corte suprema de justicia y el consejo supremo electoral.
Por la otra parte, la “oposición” encabezada por el partido liberal constitucionalista (PLC) con todo y su presidente “honorario” Arnoldo Alemán y la alianza liberal nicaragüense (ALN) con su “dirigente” Eduardo Montealegre, tratan de hacerle frente a la estampida sandinista, que cualquier manifestación por pequeña que sea y de quien sea, saca a las calles a los consejos del poder ciudadano (CPC) y contrata a mareros para reprimirlas.
No hay duda que estos tres partidos de la burguesía pelean por quien se queda con la tajada mas grade del pastel, el frente sandinista con su discurso de “la revolución”, de que este año 2010 es el año de la solidaridad en Nicaragua, que el país avanza por el camino cristiano y socialista hacia el ALBA, no son mas que argumentos falsos para limpiar la mala imagen que ya tienen frente a la clase obrera nicaragüense y centroamericana.
Con el decreto ejecutivo que el “comandante” Daniel Ortega promulgara en semanas pasadas y en el cual basándose en un articulo de la constitución de 1987, hace permanecer en sus puestos a todo funcionario publico que tuviera vencido su periodo de gobierno, hasta que la asamblea legislativa no nombrara a otros o no fueran reelectos en sus puestos, esta táctica del partido de gobierno fue la gota que derramo el vaso del conflicto interburgues en Nicaragua.
La clase obrera nicaragüense no tiene que dejarse arrastrar por pleitos interburgues, ni el frente sandinista, ni el PLC, ni mucho menos el ALN tienen que ver con la lucha proletaria, todos son iguales, ninguno es mas progresivo que el otro, ya que estos solo buscan el beneficio de su clase, la burguesía.
Ningún apoyo a ninguna fracción de la burguesía, el proletariado tiene que dejar que ellos resuelvan sus conflictos y no debe de servir como carne de cañón, como paso en 1979, que centenares de miles de obreros murieron para engordar las cuentas bancarias de la familia sandinista.
El frente sandinista como ya lo ha denunciado la LECO en varias ocasiones, es el representante oficial de la burguesía nicaragüense y no es como ellos se jactan de ser el pueblo presidente, con todo y su frente nacional de trabajadores (FNT) y la central sandinista de trabajadores (CST) ayudan a adormecer la conciencia del proletariado y mantenerlos mansos, que se dedican a recortar el presupuesto de la educación publica, para que? para reforzar las instituciones que le permiten seguir manteniéndose el poder, como la policía nacional y el ejercito.
Ortega y Chávez con su mismo discurso pretenden hacerle creer a la clase obrera latinoamericana que las medidas económicas y los mecanismos organizativos que implementan, son el tan promovido camino hacia el socialismo del siglo 21, pero los obreros no tenemos porque dejarnos engañar, esas son las estrategias que utilizan para implantar el capitalismo de estado. Estas dos ratas burguesas que atacan de palabra al “imperialismo yanqui”, pero lo que no le dicen al proletariado es que ellos pretenden construir otro imperio económico, militar y político, a base de que, a base del hambre, del desempleo, de la destrucción y la represión del proletariado latinoamericano.
Ortega se ha dedicado ha promover el nacionalismo desde todos los frentes, primero entrando en conflicto territorial con Colombia, que hará de Nicaragua una potencia económica en la región. Pretende engañar al proletariado entregando bonos de vivienda a unos cuantos, es decir a la base de su partido, a los de la juventud sandinista, a los miembros de los consejos del poder ciudadano para que le sigan sirviendo de policía en los barrios y comunidades, pero por otro lado si llega algún grupo de personas que carece de vivienda y terreno ha asentarse en algún lote desocupado, manda ha desalojarlos con los antimotines, con este ejemplo queda en evidencia que ortega defiende la propiedad privada y es un soldado fiel del capital.
El frente sandinista en meses pasados desato una campaña contra los que le precedieron al poder. Saco unas fotos en las que decían que se buscaban por ladrones, a Arnoldo Alemán, Montealegre, Violeta Chamorro y todos los diputados que estuvieron en la asamblea legislativa después que ellos dejaron el poder en 1990. De esa fecha hasta el 2007 que llegaron nuevamente al poder, le han llamado la oscuridad neoliberal. Pero según ellos nunca le han robado nada al proletariado y siempre han velado por sus intereses, pero refresquemos memorias: los sandinistas fueron los que implementaron el servicio militar obligatorio, racionaron los alimentos, prohibieron las huelgas en los años 80 con el pretexto de estabilizar la nación y todavía siguen exprimiendo a la clase obrera.
Ortega es el comandante de las ratas burguesas de Nicaragua y obviamente el proletariado nicaragüense no necesita ser comandado por ningún agente faldero de Chávez, que hace alianzas con las transnacionales para sacar sus tajadas, sin importarle el hambre, ni la miseria del pueblo, a quien se jacta tanto de luchar por el.
La clase obrera nicaragüense debe aprender de la experiencia de las décadas pasadas, en las que el sandinismo llamaba a defender la patria, a sublevarse contra la tiranía de Somoza, a construir la Nicaragua nueva que el pueblo tanto anhelaba y en que termino, todo el cuento sandinista dio como resultado una nueva ala de la burguesía, aun mas burocratizada y mas enriquecida. Este enriquecimiento de la burocracia sandinista costo la vida de mas de 100 mil obreros en la guerra civil desatada por las dos fracciones de la burguesía que se encontraban en conflicto en esa época.
Las nuevas generaciones de obreros tenemos el deber de reflexionar sobre estos acontecimientos, ya que así, podemos avanzar en nuestra conciencia y no dejarnos manipular, por quienes quieren hacernos creer que el capitalismo de estado es igual que socialismo, por el contrario capitalismo de estado es antagónico al verdadero socialismo al que tiene que construir la misma clase obrera. Ni Chávez, ni Ortega construirán un mejor futuro para el proletariado latinoamericano.
La clase obrera tiene que velar por la autonomía en sus luchas y el pleno desarrollo de su conciencia, ya que solo así podrá traerse a bajo el muro que en estos momento le imponen los defensores de un socialismo ficticio, basado en la explotación estatal. Fed.

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